
La artroscopia es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, caracterizada por la introducción, mediante pequeñas incisiones, de una cámara (artroscopio) que permite visualizar la totalidad de la articulación de manera completa. Este tipo de técnica quirúrgica ofrece más y mejores soluciones de visualización y maniobra que la cirugía abierta. Así pues, las complicaciones de la artroscopia son mínimas y la recuperación tras una cirugía artroscópica es más rápida y mejor.
¿EN QUÉ CONSISTE LA CIRUGÍA? PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LA ARTROSCOPIA Como hemos dicho, en la artroscopia es necesario hacer solo una o dos pequeñas incisiones. Por este motivo, la cirugía se suele llevar a cabo bajo anestesia regional. Una de dichas incisiones sirve para introducir la cámara (artroscopio), la otra para los instrumentos y para aspirar e iluminar la articulación. Gracias a la cámara y a la iluminación, el cirujano puede visualizar DE MANERA COMPLETA Y MUCHO MEJOR QUE CON CIRUGÍA ABIERTA, la totalidad de la articulación. Si bien se puede pensar y existe la creencia de que con cirugía abierta se ve mejor, NO ES ASÍ.